Hola, human@. Soy Baal, el perro mascota de La Mascota de Ibiza, y hoy hablo en nombre de tu compi peludo. Sé que a veces nos ves felices y correteando como si nada nos preocupara, pero la verdad es que también nos estresamos. Sí, aunque no tengamos que pagar facturas ni hacer la compra, hay cositas en nuestro día a día que nos ponen de los nervios. Pero tranqui, que aquí estoy para contarte todo y, lo más importante, ayudarte a que tu peludo viva relajado y feliz.
Cosas que nos estresan (y quizás no sabías)
Demasiados cambios nos desconciertan. Nos gusta saber a qué hora toca comer, cuándo es el paseo y cuándo vienen los mimos. Si de repente cambias las reglas sin avisar, nos volvemos un mar de dudas. Si tienes que cambiar algo en casa, en nuestra rutina o en los horarios, hazlo poco a poco.
Otra cosa que nos deja con cara de tristeza es quedarnos solos muchas horas. Entendemos que tienes cosas que hacer, pero cuando pasas mucho tiempo fuera, nos sentimos un poco abandonados. Si no quieres que destrocemos el sofá por puro estrés, déjanos juguetes interactivos, pon algo de música relajante o busca a alguien que nos haga una visita.
El ruido fuerte nos aterra. Tormentas, petardos, gritos en la tele... ¡ay, nuestras orejas sensibles! Nuestro oído es mucho más fino que el tuyo, y un estruendo puede hacernos sentir muy inseguros. Si sabes que vienen fuegos artificiales o hay tormenta, crea un rincón seguro para nosotros y acompáñanos, pero sin reforzar nuestro miedo.
Por cierto, como a ti el dentista, para nosotros es el veterinario. Aunque no me gusta, entiendo que tenemos que ir cuando es necesario, aunque eso no quita que ver a gente con bata blanca, entrar en camillas, ver agujas y todo eso no nos estrese. De hecho, lo pasamos bastante mal. Sé que esto no podemos cambiarlo, pero ayudarnos a desestresarnos justo después de estos eventos nos ayuda más de lo que puedes imaginarte.
Y ojo con los paseos caóticos. A nosotros nos gusta explorar con calma, oler cada rincón y sentirnos seguros. Si nos llevas a toda prisa por calles ruidosas y sin dejarnos olisquear, nos estresamos. Los paseos son nuestra terapia, así que, por favor, déjanos disfrutarlos.
También nos angustia no entender lo que esperas de nosotros. Si nos hablas en tu idioma raro y luego te enfadas porque no hacemos lo que quieres, entramos en pánico. Enséñanos con paciencia, usando premios y caricias. Nada de gritos, que eso solo nos confunde más.
¡Human@, manos a la obra!
Ahora que sabes qué nos estresa, aquí van algunos truquitos para que nos ayudes a vivir como perros zen:
- Manten una rutina estable. Nos da seguridad saber lo que viene.
- Déjanos quemar energía. Si nos cansamos jugando o paseando, nos relajamos más fácil.
- Dános mimos, pero sin agobiar. Nos encanta el contacto, pero a veces también queremos nuestro espacio.
- Sorpréndenos con juguetes interactivos. Esos que esconden premios nos vuelven locos de felicidad.
- Enséñanos con amor y paciencia. Si lo haces bien, aprenderemos más rápido y seremos perros más equilibrados.
- Mímanos muy mucho. ¿Sabes que en la Peluqueriía de La Mascota de Ibiza tenemos sesión de spa? Cuando me la hacen me quedo pasadísimo y vamos, es como si todo el estrés se me fuera de golpe. Un buen baño con masajes nos deja como nuevos.
- Revisa nuestra alimentación. Un perro con una dieta equilibrada y saludable es un perro menos estresado. Alimentos de mala calidad pueden afectar nuestro sistema digestivo y nuestro estado de ánimo.
- Prueba con la aromaterapia. Sí, human@, ¡nos funciona! Algunas esencias como la lavanda nos ayudan a relajarnos y pueden ser una gran aliada en momentos de estrés.
Ya lo sabes, human@. Queremos ser felices a tu lado, y con tu ayuda podemos dejar de ser un manojo de nervios y volver a disfrutar del día a día sin preocupaciones.
¡Gracias por leerme! Ahora sí, toca una galletita y un buen paseo, ¡que me lo he ganado! 😉